Te explicamos quiénes eran los criollos en la América colonial, sus costumbres y relación con los mestizos. Además, el origen del término.
¿Quiénes eran los criollos?
Durante la época colonial de América Latina, la sociedad estaba dividida en clases sociales y raciales, que les asignaba a los individuos un lugar y una jerarquía dependiendo de sus orígenes étnicos. En ese entonces se usaba el término criollos (o blancos criollos) para referirse a las personas nacidas en suelo americano, pero descendientes de blancos europeos, especialmente de españoles peninsulares.
Los blancos criollos formaban parte de la casta privilegiada de la colonia, al ser blancos, pero lo eran en una categoría inferior a la de los europeos. De hecho, las reformas borbónicas del siglo XVIII les impedían el acceso a la conducción política (los cargos públicos) o eclesiástica (los cargos religiosos) de la sociedad colonial, y en Virreinatos como el de Nueva España se les impedía a las blancas criollas casarse con funcionarios peninsulares.
Semejantes medidas tenían como objetivo limitar el poder de los criollos, dado que eran dueños de la mayor parte de la propiedad agraria y controlaban la mayoría del comercio, lo cual les daba un importante poder económico y un gran prestigio social, que constituía una amenaza para el control colonial de España.
Paradójicamente, los intentos europeos por limitar el poder de los criollos les fue confiriendo cada vez más una identidad propia, fundamental para alimentar sus deseos independentistas que en el siglo XIX desencadenarían las Guerras de Independencia hispanoamericanas.
Ver además: Colonialismo
Origen del término
El término criollo proviene del vocablo crioulo del portugués, y a su vez del verbo criar, de manera que en principio los criollos son aquellos individuos que se crían en un determinado territorio. Este uso de la palabra, de hecho, sobrevive hasta nuestros días, en los que se habla de costumbres criollas (es decir, locales), la cocina criolla e incluso la raza criolla de caballos, la única nativa americana.
Por otro lado, así como había blancos criollos, también había negros criollos: esclavos negros nacidos en América, descendientes de aquellos cautivos llevados desde África a América para servir como mano de obra en la Colonia. Sin embargo, el término suele emplearse normalmente para la casta blanca, cuya posición privilegiada la convirtió en un importante actor histórico de la época.
El vocablo criollo hoy se emplea en buena parte de la América hispana como sinónimo de “local”, es decir, como representativo de la cultura particular de la región, sin hacer mayores distinciones raciales o étnicas al respecto. De hecho, “criollismo” se llama al movimiento cultural nacionalista de valoración y visibilización de lo latinoamericano.
Esto último no significa que en lo criollo se encuentren representados por partes iguales la herencia blanca, negra e indígena de la cultura hispanoamericana, desde luego. De hecho, el significado preciso de “criollo” puede variar enormemente dentro de la geografía latinoamericana, e incluso poseer connotaciones asociadas con la virilidad, el orgullo patrio y otros elementos de prestigio.
Costumbres de los criollos
Los criollos americanos en la época colonial se clasificaban a sí mismos como blancos, desmarcándose de los aborígenes (“indios” en la jerga colonial) y africanos, así como la extensa clasificación de castas mestizas, fruto del intenso mestizaje que caracterizó a la región. De modo que, a grandes rasgos, las costumbres y la cultura de los criollos era, esencialmente, una reelaboración local de las peninsulares.
Eso no significa que fueran idénticas. De hecho, los criollos eran fácilmente diferenciables de sus contrapartes europeos, pues a medida que el tiempo transcurría las culturas hispanoamericana y española peninsular se iban distanciando en sus prácticas culturales, sociales e incluso religiosas.
Los criollos solían reunirse con sus pares en fiestas, tertulias y celebraciones, y abrazaban la fe católica y las tradiciones heredadas de Europa. Su educación, en muchos casos, se concretaba en el Viejo Continente, en especial en Francia, donde muchos de ellos absorbieron la cultura de la Ilustración y sus valores republicanos que luego les inspirarían los ideales de la revolución de independencia.
Las vestimentas criollas variaban según la región, pero tendían a la ostentosidad y el decoro, dado que eran la élite local de sus sociedades. Para los vestidos de las damas de sociedad, por ejemplo, se usaban telas importadas de Europa y la mano de obra textil de las esclavas o siervas de la familia.
Los criollos eran poseedores de tierras y por lo tanto también de esclavos, y en general sus costumbres gastronómicas diferían de las peninsulares al adaptarse a los alimentos de cultivo en suelo americano.
Criollos y mestizos
Mientras los criollos eran los blancos nacidos en América, los mestizos en cambio eran aquellos ciudadanos americanos fruto del mestizaje. Es decir, los mestizos eran descendientes de las distintas etnias involucradas en la sociedad colonial: blanca, negra e india.
Legalmente, los mestizos eran ciudadanos españoles y legalmente iguales a los blancos criollos. Por lo tanto, podían poseer propiedades y ejercer libremente el comercio, sin la obligación de pagar impuesto a la corona como lo estaban obligados los indios, ni vivir sometidos al trabajo forzado como los esclavos.
Sin embargo, el rol de los mestizos en la sociedad era muy distinto al de los criollos, dado que la blancura de estos últimos los ubicaba en una situación privilegiada, por no hablar del poderío económico acumulado por sus familias. En muchos casos, un mestizo de piel clara y modales refinados podía perfectamente pasar por blanco criollo, y no siempre se cumplían las reglas de diferenciación de las castas raciales en la sociedad colonial.
De hecho, el término pardo se popularizó en las regiones de fuerte migración africana, para nombrar a los descendientes de la mezcla entre negros, indígenas y blancos, cuyas facciones y color de piel podían llegar a ser indeterminables dentro de la clasificación racial de la época, constituyendo una suerte de “saco de gatos” racial fruto de la mezcla.
Lenguas criollas
Cuando se habla de lenguas criollas, no se debe emplear la misma acepción de esta palabra, pues en realidad se trata del conjunto de lenguas o dialectos mestizos, fruto de la hibridación entre lenguas europeas (como el español, el francés o el inglés) y lenguas africanas o indígenas originarias.
El fruto de esta mezcla lingüística se conoce a menudo como criollo o como creole, y es frecuente en las regiones de abundante migración africana durante la época colonial. Algunos ejemplos de lenguas criollas aún existentes son el criollo panameño, el inglés criollo nicaragüense, el patois o criollo jamaiquino, el bichelamar, el ndyuka, el criollo francés de Luisiana o el mekatelyu costarricense.
Sigue con: Identidad cultural
Referencias
- “Criollo” en Wikipedia.
- “Lengua criolla” en Wikipedia.
- “Criollo, lla” en el Diccionario de la lengua de la Real Academia Española.
- “¿Quiénes eran los criollos en la colonia?” (video) en Colombia Aprende.
- “Criollos, mestizos, mulatos o saltapatrás: cómo surgió la división de castas durante el dominio español en América” en BBC News Mundo.
- “Creole” en The Encyclopaedia Britannica.